Pintura de Miguel Brenner, Acrilico 40x50
LOS HUESOS DEPRIMIDOS (2012) DEL AUTOR HERNAN ANAYA ARCE DE CHANCAY- PERÚ.
PRESENTACION : EL ING. EDUARDO MAXIMILIANO NARREA "EL CACIQUE DE LOS
ANDES" DESDE HOUSTON TEXAS LA CAPITAL MUNDIAL DE LA ENERGÍA PRESENTA A LA DUPLA DE ORO DEL NORTE CHICO PERUANO : EL ARTISTA PLASTICO MIGUEL BRENNER Y EL POETA HERNAN ANAYA ARCE,
ESTE FRESCO DE PINTURA, FUE PINTADO FRENTE AL MAR DE CHANCAY, DEPARTAMENTO DE LIMA PERÚ, POR EL MAESTRO SUBRREALISTA MIGUEL BRENNER, INSPIRADO EN EL EXCELENTE POEMA "LOS HUESOS DEPRIMIDOS" DEL POETA CHANCAYANO : HERNAN ANAYA ARCE, QUIEN NOS ENTREGA SU INSPIRACION, LABRADA EN SU PUEBLO NATAL.
EL PINTOR Y EL POETA SON DOS GRANDES ROCAS PUESTOS JUNTO AL RIO DE LA HISTORIA DEL NORTE CHICO DEL PERÚ.
LOS HUESOS DEPRIMIDOS (2012)
AUTOR: HERNAN ANAYA ARCE
Los huesos deprimidos, salen de su eterno descanso
Para recorrer sus pasos por las calles de su juventud
Pero entre la multitud ya no habrá su generación
Y se sentirá ajeno en esta tierra de vida miserable.
Y sentado sobre una piedra cava que no tiene alma
Enturbiara su mente de nostalgia abierta
Meditara de esta ciudad fantasma adonde regreso
Y vera el cielo azul extenderse hacia el infinito.
¡Qué paso se preguntara! De este mundo moderno
Donde la gente hurga, la necedad en el rostro ajeno
Y ver a los descarnados hombres de corbata fina
Danzando en el egoísmo ruin de esta historia sin fin.
¡Cuánta pobreza! El dolor me azota hasta el tuétano
Ver al pueblo con corazones horadados por fusiles
Y su voz de protesta silenciados en la horca del fuerte
¿Dónde está la libertad de la raza que clama justicia?
Y con el pretexto de una nación grande para los tuyos
Te despoja de tu fuerza y consume tus pulmones
Para seguir escribiendo la página negra de la historia
Para seguir escudándose en la constitución de pocos.
¡Que le espera a la juventud! Mirando hacia el horizonte
Mientras el político duerme en tus sienes en tus penas
Y se levanta pensando en robarte tu humildad,
Cuando tú sueñas cual será la patria del mañana.
De donde vengo no hay fronteras ni cantar de himnos
Ni batallones que ondean banderas conquistadas
No existen ricos ni pobres, ni bolsillos de doble fondo
¡Ay de mí! Nadie escucha el clamor de una calavera.
No tengo piel donde se adhiera la injusticia social
Ni olfato donde se respira la pérfida inmundicia
Pero puedo ver la agonía existencial de los hombres
Una juventud que se agita en protestas y pancartas.
Ni siquiera tengo sombra, pero puedo escarbar la tierra
Que entrego su piedad para guardar siglos de calaveras
Y que no saquean nuestros derechos ni oprimen sin piedad
Como los que acallaron la voz de la verdad y la libertad.
¡Hoy triste partiré! Ya que no hay mañana para mí
Un lejano refugio me espera ahí no hay hombres de polvo
Ni siglos de lucha por liberar la dignidad secuestrada
AUTOR: HERNAN ANAYA ARCE
Los huesos deprimidos, salen de su eterno descanso
Para recorrer sus pasos por las calles de su juventud
Pero entre la multitud ya no habrá su generación
Y se sentirá ajeno en esta tierra de vida miserable.
Y sentado sobre una piedra cava que no tiene alma
Enturbiara su mente de nostalgia abierta
Meditara de esta ciudad fantasma adonde regreso
Y vera el cielo azul extenderse hacia el infinito.
¡Qué paso se preguntara! De este mundo moderno
Donde la gente hurga, la necedad en el rostro ajeno
Y ver a los descarnados hombres de corbata fina
Danzando en el egoísmo ruin de esta historia sin fin.
¡Cuánta pobreza! El dolor me azota hasta el tuétano
Ver al pueblo con corazones horadados por fusiles
Y su voz de protesta silenciados en la horca del fuerte
¿Dónde está la libertad de la raza que clama justicia?
Y con el pretexto de una nación grande para los tuyos
Te despoja de tu fuerza y consume tus pulmones
Para seguir escribiendo la página negra de la historia
Para seguir escudándose en la constitución de pocos.
¡Que le espera a la juventud! Mirando hacia el horizonte
Mientras el político duerme en tus sienes en tus penas
Y se levanta pensando en robarte tu humildad,
Cuando tú sueñas cual será la patria del mañana.
De donde vengo no hay fronteras ni cantar de himnos
Ni batallones que ondean banderas conquistadas
No existen ricos ni pobres, ni bolsillos de doble fondo
¡Ay de mí! Nadie escucha el clamor de una calavera.
No tengo piel donde se adhiera la injusticia social
Ni olfato donde se respira la pérfida inmundicia
Pero puedo ver la agonía existencial de los hombres
Una juventud que se agita en protestas y pancartas.
Ni siquiera tengo sombra, pero puedo escarbar la tierra
Que entrego su piedad para guardar siglos de calaveras
Y que no saquean nuestros derechos ni oprimen sin piedad
Como los que acallaron la voz de la verdad y la libertad.
¡Hoy triste partiré! Ya que no hay mañana para mí
Un lejano refugio me espera ahí no hay hombres de polvo
Ni siglos de lucha por liberar la dignidad secuestrada
Solo lecho de luz donde descansan los huesos deprimidos.
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