Amada mía, cuanto anhelo
Perderme en tus formas
En tu venerada silueta
De generosas bondades
Formadas en el tiempo
Y que reflejan en la arena
Como un sueño efímero.
Niña, de figura metafórica
Que te muestras risueña y altiva
Y posas como el primer día
Desafiando a la naturaleza
En la orilla de la playa
Enturbiando mi frágil mente
En pecaminosas formalidades
Que desaparecen con la brisa.
Amada mía, cuanto anhelo
Confundirme en tu liberal credo
Sin compromisos ni tabúes
Y desojar tus delicados pétalos
Con mis traviesas manos
Hasta la próxima primavera
Donde volverán a germinar
Coloridas esbeltas y voluptuosas
De virginales capullos prohibidos.
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